miércoles, 21 de enero de 2015

Crónica: Club Circunvalación

LA LABOR DEL CLUB CIRCUNVALACIÓN

EL REFUGIO COMUNAL DE VILLA ELVIRA


     El Centro de Fomento y Cultura Circunvalación, con más de 80 años de existencia, acompaña a los vecinos de Villa Elvira con espacios como “La hora del cuento” para niños, prácticas deportivas, destrezas o, a través de la subcomisión de la tercera edad, con diversas actividades para los abuelos. Contención y ejemplo claro de solidaridad y amor al prójimo.

Fachada actual del Centro de Fomento y Cultura Circunvalación


Un poco de historia

     La zona donde está emplazado el club Circunvalación nació en abril de 1908, cuando se lotearon los terrenos, según consta en el Protocolo del escribano Esteban Achinelli, encargado de las respectivas escrituras. Por otra parte, su nombre surgió como consecuencia de quien adquirió la mayor cantidad de parcelas (15 en total): el empresario y rentista uruguayo  Samuel Ponzati, segundo esposo de doña Elvira Sotés quien, en homenaje a su flamante esposa, construyó la quinta Villa Elvira, denominación con la que los pobladores, ya en 1909, conocían la región.
     Eran 98 hectáreas, entre las calles 72 a 76 y de 122 a 7, en las cuales se asentaron, principalmente quinteros y comerciantes, muchos inmigrantes italianos. También hubo obreros y operarios que trabajaban en los frigoríficos y astilleros de Berisso y Ensenada. En 1920 la Provincia de Buenos Aires compró la parcela 7 para donarla a la Arquidiócesis de La Plata. Allí se construyó el Asilo de Huérfanas que, más tarde, sería el actual Colegio “Nuestra Señora de Luján Sierra”, en la manzana de 74 entre 2 y 3.
     En 1938 el asfalto de la avenida 122, como empalme con la ruta 11 que lleva a Magdalena, le dio nuevo impulso al poblamiento de la región y fue, en esta década, que comenzaron a surgir la mayor cantidad de asociaciones civiles. En diciembre de 1927 se fundó el Club Centro de Fomento en 5 y 77, bajo la propuesta de los señores Juan y Osvaldo Fidanza, Héctor González y Atilio Scoz, con la presencia de 80 vecinos. En 1935 se mudó a 6, 77 bis y 78 bis hasta 1949, en que vuelve a trasladarse, esta vez, a su sede actual: 7 77 y 78.
     Tan antigua institución anexó, en setiembre de 1942, la biblioteca pública “Dr. Nicolás Avellaneda” y desde entonces, pasó a llamarse “Centro de Fomento y Cultura Circunvalación”. Su primer presidente fue Julio Fidanza y, el actual, Dr José Ramón Sagastume explica que su finalidad fue y es, siempre, el “trabajo fomentista” ya que nació como respuesta a las necesidades del barrio y, en ello, está abocado aún hoy.
     Para completar un poco más la historia del barrio, en la década del ´40 el Estado, por intermedio del gobierno municipal y en reconocimiento a la pujanza de la región, instala la Delegación Municipal de Villa Elvira. Además la elige como asiento del Aeropuerto Provincial, otorgando el asfalto de la calle 7 hasta Parque Sicardi.     

                                                                                                      
                                                                                                             

                              Esquina de 74 y 120, el viejo almacén de Don Vicente Rivelli (izquierda) es una de
                                 las construcciones más antiguas que aún se conservan en Villa Elvira (derecha)


La labor de la biblioteca                

     Acercarse a la institución un viernes por la mañana fue como transportarse, por un par de horas, al siglo pasado. Buscando conocer el rol que desempeña el veterano club en la actual comunidad, la señora Laura Giambarella de Marín, a cargo de la Biblioteca Dr. Nicolás Avellaneda, nos abrió las puertas de una pequeña sala, quizá disminuida por la cantidad de estantes rebalsados de libros que rodeaban un escritorio rectangular, con sendas sillas opuestas entre sí, colocadas sobre los lados más largos del mismo.
La habitación de techos altos y un agradable aroma a sahumerios, brindaba el silencio típico de los lugares de lectura. Laura comenzó a contar, en forma pausada y detallada, que se trataba de una biblioteca popular gratuita que funcionaba de mañana, a nivel primario, aunque expresó: “Tenemos un poquito de cada cosa”. Nació un  27 de setiembre de 1942, es decir, cumplió ya 72 años de existencia, aunque con algunas interrupciones forzadas.

     Reúne 10152 libros disponibles para alrededor de 570 lectores activos, número más que interesante en esta época, de plena revolución tecnológica ya que todo, absolutamente todo, puede googlearse y obtener desde Internet. Sin embargo se justifica al saber que la mayoría son abuelos. Surge así un dato relevante: se formó en el centro una subcomisión de la Tercera Edad, llamada Club de Abuelos Circunvalación, donde participan más de 100 jubilados. Ello da cuenta, hasta aquí, de dos importantes funciones relacionadas directamente con la acción social.
     El resto de lectores son de escuela primaria. Prestan hasta cinco libros por chico, aunque este número no es tan estricto: “Si precisan uno o dos más, bueno, los sacamos de apuro”. Por otra parte hay obras que, por tratarse de ejemplares únicos y costosos, son de consulta o lectura en el lugar. Puede haber un préstamo especial, en contadas ocasiones, sólo por un fin de semana y a personas de confianza.
     Es totalmente gratuita y accesible, basta presentar fotocopia de documento y constancia de domicilio. Además, no se necesita ser socio del club para utilizarla. Inmediatamente pueden retirarse libros que se renuevan cada 20 días. Pero, hay otra excepción, cuenta Laura que algunos chicos vienen de muy lejos: Parque Sicardi, Ignacio Correa, entonces no le parece conveniente hacerlos viajar una vez por mes para mostrarle el libro y que lo vuelvan a llevar.
     Se trata de familias humildes, los niños deben tomar dos micros para venir y otros dos para volver a sus casas y, si son muy pequeños tienen que ser acompañados, lo que demanda aún más gastos. Por eso pensó en poner un límite de distancia: quien vive de la calle 90 hacia el fondo no hace falta que lo renueve cada 20 días, los otros sí. Además la biblioteca pública Dr. Nicolás Avellaneda es la única que subsiste en toda la avenida 7.
     Laura Giambarella hace 17 años que está al frente y cuenta orgullosa el sacrificio que fue reabrirla por ese entonces. Porque estuvo cerrada mucho tiempo debido a una resolución gubernamental por la cual, sólo bibliotecarios recibidos podían hacerse cargo de estas entidades. Ella había optado por el retiro voluntario pero la tentó un miembro de la comisión actualmente fallecido. Muy pocos libros estaban aptos, hubo que partir de cero, hacer una compra grande y también armar estanterías.
     Se utilizó el subsidio que otorga la Dirección de Bibliotecas de la Provincia (sito en 5 y 47), cuyo monto es igual al sueldo de un maestro inicial sin antigüedad, tan pequeño es que, actualmente se lo destina por completo al sueldo. Primitivamente era un 70% y el 30%  restante para adquisición de libros. De todas formas se reciben tantas donaciones que no es necesario comprar, además de carecer de espacio físico para ubicarlos: “No entra más nada”, exclama preocupada pero feliz.
        Luego, como si se tratara de la punta de un ovillo, comienza a enumerar diversas actividades coordinadas por la biblioteca: “La hora del cuento”, donde se reúnen chicos los días viernes, se les lee un cuento, le regalan golosinas y comentan entre todos la historia; “Abuelos a leer”, iniciativa de la que participan 11 abuelos y consiste en pasarse tres ejemplares de un libro y, una vez por mes, se reúnen en una mateada para comentarlo, además, se leen poemas escritos por ellos.
     Se establece un vínculo muy amigable y de contención, con la comunidad de Villa Elvira y alrededores, a través de la biblioteca. Por último Laura nos informa sobre CILSA, que colabora con chicos carenciados mediante ayuda escolar, merienda, entretenimientos “tipo guardería” dice ella, todo el año incluso en vacaciones. Menciona nuevamente el grupo de la Tercera Edad y actividades como danzas, patín, tae kwon do, resaltando que el club, a través de su presidente, es muy generoso y solidario, “siempre presta las instalaciones” a fin de colaborar con el bienestar social.
     Al despedirnos de ese sitio tan tranquilo y agradable, sin computadoras, ni teléfonos que silben o rompan el silencio con sonidos metálicos, averiguamos que la difusión de estas actividades es de boca en boca o mediante carteles y, la bibliotecaria nos entrega una hoja blanca, escrita en cursiva y a mano alzada, con un sello como única muestra de oficialidad, donde figura una reseña sobre los inicios del club y la biblioteca.


 Un niño, un futuro, la obra de CILSA


     Cruzando un enorme patio que sirve para la práctica de patín, danzas y artes marciales,  comienza a sentirse una sinfonía que mezcla música con griterío, risas de chicos y golpes. Es que al fondo se encuentra el gimnasio de boxeo, donde entrenan varios jóvenes. Unos metros antes, a la izquierda, está la puerta de la sala donde funciona CILSA, una ONG independiente que hace uso de las instalaciones que le facilita el club.
“Un niño, un Futuro”, explica Ivana, es el nombre de un programa que trabaja a contraturno de la escuela, de 9 a 12 y de 12 a 16, donde los chicos (con y sin discapacidad) hacen actividades deportivas, recreativas, talleres, apoyo escolar, toman el desayuno o la merienda. Es totalmente gratuito, dirigido a familias de escasos recursos y reciben, en la actualidad, entre 80 y 100 chicos. Ante la consulta sobre la difusión de tan interesante propuesta, refiere que no hay publicidad, sólo la página de la fundación (www.cilsa.org).
     Ivana es trabajadora social, realiza labores comunitarias y está en permanente contacto con las escuelas del barrio. Habla con las docentes y equipos de orientación para reforzar el apoyo escolar, evitar que abandonen la escuela o repitan. Resalta que se trabaja tanto la parte educativa como la social, las distintas problemáticas que presentan los chicos. El programa inscribe niños entre 5 y 11 años, pero muchos se van quedando hasta los 14 o 16: “ya son más como ayudantes”, empiezan de muy chicos y suelen ser grupos de hermanos por lo que no se pierde el contacto.
     El programa lleva 12 años en Circunvalación, si bien no tienen psicólogo, actúa como espacio de contención ante dificultades familiares. De todos modos, el club sí cuenta con una doctora  que pueden consultar o, son derivados a Casa Cuna u otras externas. Finalmente Ivana agrega que muchas veces realizan excursiones a museos, al zoológico, Tecnópolis, entre otros lugares.


El Club de Abuelos Circunvalación

     Se trata de una Sub-comisión de la Tercera Edad cuya presidenta es la Sra. Delia Di Tondo de Curuchet, de 82 años, reconocida en setiembre de 2005 durante la Jornada de Pastoral Social en Villa Elvira, por su labor comunitaria a través del club Circunvalación. Organizan viajes para los abuelos; los martes y jueves de 10 a 12 del mediodía realizan la Posta del Pami, que consiste en asesorar a quienes necesitan hacer trámites, brindan informes, etc.; organizan peñas, fiestas folklóricas, cumpleaños, recaudan cosas, incluso, para ayudar al club.

Actividades diversas para los abuelos de la Sub Comisión de la Tercera Edad, en el Centro de
Fomento y Cultura Circunvalación


     Una vez por mes PAMI les envía el Bolsón de ayuda a los jubilados que cobran la mínima y tienen 70 o más años de edad. Se trata de 16 productos que son entregados por intermedio de este grupo, también reconocido gracias a la participación activa en pos de mejorar la calidad de vida de los adultos mayores (ver foto). Otras actividades son gimnasia, caminatas, ajedrez, yoga, pedicuría, enfermería, pintura sobre tela y varias más.
     Durante la inundación del 2 de abril del año pasado, el Dr José Ramón Sagastume, presidente del club, comentó: “Nosotros, desde el mismo día a la mañana, pusimos la institución a disposición de la Delegación Municipal y se utilizó durante 15 días como centro de ayuda” para la recepción y distribución de mercaderías. En el mismo contexto, la Sub-Comisión de la Tercera Edad, se ocupó de armar y entregar bolsones de alimentos y artículos de limpieza. Asegura Delia que trabajaban siete horas por día.
     Claramente queda evidenciada la labor social y el mutuo intercambio entre la comunidad y este centro de fomento, verdadero refugio comunal que, además, cuenta con disciplinas como artes marciales, patín (que le ha otorgado varios trofeos), diversas danzas y boxeo. Esta última también le brindó muchas satisfacciones al formar un campeón olímpico: Ezequiel Maderna surgido del Zacarías Boxing, nombre del gimnasio.

Actividades recreativas y deportivas que brinda el Centro de Fomento

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